comprende la participación de la ciencia ciudadana en la cartografía espacial de los contaminantes en el medio ambiente urbano (por ejemplo, el NO2 ambiental y/o en interiores, las partículas, el ozono). Para ello se utilizarán dispositivos de vigilancia móviles equipados con sensores de gas de bajo coste, que son una solución emergente para mejorar la cobertura espacial de las redes de vigilancia de la calidad del aire. Los datos en tiempo real se cartografiarán y proporcionarán una mejor estimación de la exposición de los ciudadanos, que puede servir de base para la adopción de medidas preventivas, así como para formular recomendaciones a los responsables políticos.

Los ciudadanos perciben los impactos climáticos en el entorno urbano. En este subpiloto, la atención se centra en el calor urbano e implica tanto observaciones individuales comunicadas, por ejemplo mediante una aplicación móvil, que permite a los ciudadanos informar sobre el impacto climático y añadir texto e imágenes de lo que observan, así como indicar su nivel de confort, pero también facilita el acceso a sensores locales instalados en el entorno urbano, que miden la temperatura, la presión atmosférica y la humedad. Los ciudadanos pueden así explorar y validar los datos de los sensores, añadiendo información contextual. Los resultados contribuirán a la concienciación de los ciudadanos sobre los impactos climáticos y tendrán el potencial de aumentar la resistencia climática urbana al aportar datos y observaciones locales para la planificación urbana.

Nos centramos en cómo podemos capacitar a los ciudadanos para que adopten la supervisión de su área local mediante la formación en pequeños grupos. El resultado local es un esfuerzo combinado: a partir de los datos obtenidos, informar a los responsables políticos locales y comprender cómo podemos gestionar mejor la calidad y cantidad del agua. Se invitará a los ciudadanos a vigilar su masa de agua local en busca de nutrientes (fosfato y nitrato), a observar la basura en el agua o en la zona local y a observar la calidad del agua, como las algas, la espuma y la turbidez. Los datos se recogerán en tiempo real, se posicionarán en GEO y se incluirán en un mapa que, a lo largo del proyecto piloto, se comunicará a los participantes y a la comunidad en general para demostrar el valor de la participación ciudadana, las actividades planificadas, la recopilación de datos y la retroalimentación.

Los ciudadanos participarán en las acciones de seguimiento de la biodiversidad, con especial atención a los estudiantes de las escuelas. Se llevarán a cabo actividades de participación y concienciación seguidas de un enfoque de ciencia ciudadana. Los investigadores proporcionarán una contextualización ecológica previa de la biodiversidad del grupo objetivo, concretamente en lo que respecta a los impactos del cambio climático, a través de sesiones presenciales o virtuales. También se explorará un enfoque de co-creación de juegos. Los temas que se explorarán son: 1) Fitoplancton; 2) Invertebrados; 3) Vertebrados y 4) Plantas. La observación, el muestreo, la georreferenciación y el registro fotográfico/vídeo se realizarán en todos los lugares seleccionados, que pueden incluir jardines, pequeños lagos, ríos, marismas o costas rocosas. Los resultados pueden incluir la participación de los ciudadanos en talleres, charlas y seminarios con los investigadores implicados y la creación de sus propios juegos digitales y vídeos cortos inspirados en la biodiversidad y apoyados en los conocimientos de los expertos y la experiencia de los mayores.

Este proyecto piloto se centrará en la medición y el análisis del uso del agua y la energía y en la concienciación de los ciudadanos más jóvenes sobre las consecuencias medioambientales del uso del agua y la energía. Trataremos temas como el poder de elección de los proveedores de servicios, las mejores prácticas personales y las oportunidades de tecnologías y estructuras organizativas innovadoras. Empezaremos por controlar el uso de la energía y el agua e instalaremos contadores/sensores para los dispositivos que utilizan energía (ordenadores, calefactores, etc.) y agua (duchas, lavadora, etc.). Los ciudadanos informarán de su consumo estimado de agua y energía y lo compararán con los datos reales monitorizados. A continuación, calcularemos los patrones de consumo, analizaremos su impacto medioambiental y propondremos las mejores prácticas.

este piloto pretende concienciar a los ciudadanos de que los alimentos son uno de los principales contribuyentes a los residuos sólidos domésticos y de que los residuos sólidos no "desaparecen" y necesitan tratamiento y, si es posible, recuperación. Este piloto hará que los ciudadanos sean conscientes de su papel principal en la gestión de los alimentos en el hogar, la generación de residuos y las posibilidades de separar los residuos para permitir su uso como nuevas fuentes de materiales. También tiene como objetivo que los ciudadanos sean conscientes de su impacto en el clima por la generación de gases de efecto invernadero asociados al tratamiento de los residuos orgánicos. Los ciudadanos se involucrarán en la gestión de sus propios residuos orgánicos y recibirán una compensación en forma de bioproductos de uso inmediato, y se podrá explorar la posibilidad de una reducción de impuestos. En la autogestión de los residuos alimentarios inevitables, el compromiso de los ciudadanos es obligatorio, por lo que serían necesarias campañas de información y apoyo continuo. Como consecuencia, de esta estrategia surgirán comunidades más resistentes y autosuficientes. La participación de los ciudadanos puede mejorarse mediante experimentos específicos sobre cómo gestionar la conservación de los alimentos y en los que se evaluará el comportamiento de nuevos materiales como los bioplásticos compostables, los pañales biodegradables, los cubiertos biodegradables, etc.